martes, 24 de noviembre de 2009

La lucha como participacion estetica





LA LUCHA COMO PARTICIPACIÓN

ESTÉTICA.


Todo grupo o ambiente tiene la necesidad de afirmar su identidad negativamente, por oposición al resto. Aquí encontramos otro rasgo constituyente del ghetto: La estética. Lo político, al no estar ligado a una practica que busque una incidencia real en lo social (o minimamente en lo personal), se pierde en un montón de actitudes y poses autorreferenciales. El antagonismo político se diluye en una forma de vestir, hablar y divertirse fuertemente específicas, cuya aceptación suele ser requisito previo para ingresar y ser considerado en el ambiente. El discurso "político" suele quedar reducido a una serie de frases y palabras-fetiche ("popular",

"horizontal", "inserción social", "antifascista", "anticapitalista", "anti...) que se repiten una y otra vez hasta quedar vacías de contenido. El colmo de esta situación viene dado cuando las formas de socializarse que nosotr@s hemos elaborado se extienden y la empresa capitalista las recoge, las reproduce a gran escala y nos las vuelve a vender adulteradas: he aquí el nacimiento de cierta lucha amable para con los poderes que nos oprimen y de la moda alternativa (que obviamente no deja de ser moda y nada le queda de alternativa) Por lo tanto, el ghetto no está interesado en la confrontación con lo existente ni en extender una práctica subversiva. Esta interesado en un crecimiento únicamente cuantitativo, es decir, en extenderse a mayor numero posible de personas, siempre y cuando estas asuman los cánones estéticos y de comportamiento que imperan en su seno. El ghetto es una masa deforme que solo busca la reproducción de unos roles no reflexionados. Al no enfrentarse con lo existente no es crítico, por tanto noevoluciona y no tiene memoria, viviendo en un presente eterno, sin proyecciones y sin entender como y por que estamos aquí.En esta circunstancias, toda práctica se vive normalmente como una participación estética, la cual termina por ser la identidad del ghetto. Esta adopción de la estética sirve tanto dentro del ghetto como fuera, dentro para sentirse parte de algo y además respaldad@ por una idea (que es directamente ligada con lo estético), y fuera ligada a una falsa identidad que tiene algo de autoafirmación adolescente y que se proyecta al exterior: el bohemio, el artista, el marginal, el de "las lindas ideas", el que se viste o se corta el pelo "raro", etc. Pero sin profundizar y sin incidir en nada solo se aparenta "ser diferente". Se exige una identificación visual inmediata con el clan para lograr una menor dificultad para relacionarse. Quizás sea repetitivo, pero por favor no reducir "lo

estético" simplemente a un modo de vestirse. Queda claro que respetamos el derecho de cada cual a vestir como le de la gana, pero nos rebelamos contra la pretensión de darle a ese gesto, de forma consciente o inconsciente, una trascendencia que obviamente no tiene.

"No se trata de ser radical -cosa harto difícil, puesto que sólo se puede ser

radical en la práctica- ni de estar fuera de la sociedad -cosa sencillamente imposible-, sino de aparentarlo.

En la vestimenta, por ejemplo, encontramos diferentes tendencias que a veces se superponen, pero que tienen en

común un carácter deliberadamente "marginal" (en el sentido de minoritario) y con las que ingenuamente se

pretende exteriorizar un supuesto rechazo de las convenciones sociales imperantes, ignorando deliberadamente

que hace ya tiempo que el sistema aprendió a neutralizar cualquier ataque estético. Todas estas tendencias -

desde el estudiado desaliño hasta formas atenuadas de uniformización- coinciden y se articulan en un mismo

punto: la ostentación de lemas, símbolos e imágenes de indudable tono "radical". Y, huelga decirlo,

autorreferencial, por cuanto al común de l@s mortales tales iconos les suenan a chino mandarín, o en el mejor de

los casos a ecos de una guerra muy lejana. No obstante, cumplen a la perfección su función real, que no es

propagandística, sino consiste en separar y diferenciar -aislar, en definitiva- al integrante del ghetto, y reforzarlo

como objeto que sirve para ser contemplado, y no como sujeto con el que se puede establecer una comunicación.

Por lo demás, estos aspectos indumentarios están sujetos a modas, como ocurre en cualquier otro ámbito social.

De hecho, aunque el ghetto está cerrado sobre sí mismo, lo atraviesan las mismas modas y tendencias que al

cuerpo social en su conjunto."


(fragmento de "Ad Nauseam" un panfleto contra el guetto político en Granada)


Aparecido en el #12 de la publicación anarquista Disarmo

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