"en cierto momento, más allá del tiempo, el mundo era gris; gracias a los indios Ishir, que robaron los colores a los dioses, ahora el mundo resplandece y los colores del mundo arden en los ojos que los miran". Hace algún tiempo, Ticio Escobar, un amigo mío paraguayo, acompañó a un equipo de la televisión europea que quería filmar escenas de la vida cotidiana de estos indígenas; una niña indígena seguía al director del equipo, sombra silenciosa pegada a su cuerpo, lo miraba fijo al rostro, muy de cerca, como si quisiera entrar en sus extraños ojos azules. El director se valió de la intercesión de Ticio Escobar, que conocía a la niña y entendía su lengua, y ella le confesó: "Quiero saber de qué color ve él las cosas", a lo que el director sonrió: "Del mismo color que vos", "¿Pero qué sabe usted de qué color veo yo las cosas?".
Bocas del tiempo - Eduardo Galeano
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