El
Estado
produce
y
reproduce
las condiciones que
lo hacen supuestamente necesario, por
lo
tanto
no
existe
desde
que
las
primeras personas pisaron este planeta. Por eso
rechazamos la
variedad
de
cosas
que
llevan
al
Estado
como conclusión.
Cuando
por
ejemplo
desde
la
lucha anarquista
se
plantea
la
abolición
de
las
cárceles
o se
grita
"pres@s
a
la
calle",
es
una
crítica
y
una lucha
que
abarca
a
la
cárcel,
pero
como
parte integrada de un
todo, de
lo que
la genera:
llámese Estado,
Capital,
gobiernos.
Es
incoherente
estar contra el sistema penitenciario y no estar contra que y
quienes
lo
mantienen,
en
buen
o
mal funcionamiento.
Como
es
de
ilus@s
oponerse
a
la invasión a
Irak,
y no oponerse a
la democracia
y al Capitalismo,
que es
lo
que
la permite y además la impulsa.
Esto nos quiere mostrar lo imposible de encontrar libertad en este sistema.
Podemos generar espacios tanto físicos como mentales para luchar por la libertad, pero siempre teniendo en cuenta que en esta sociedad miserable solo podemos construir sobre la miseria, si bien es necesario y deseable satisfacer nuestros deseos de revuelta.
¿Entonces qué? ¿Ya nada tiene sentido? No lo sabemos. Es haciendo que sabremos si el hacer tiene sentido, esperando solo aprenderemos a esperar. Desde estas hojas no se propone hacer camino al andar ciegamente, sino teniendo en cuenta
lo miserable de este mundo, para no repetir los esquemas que despreciamos. Para no dar los mismos pasos solo que en otra dirección... daremos saltos y patadas.
Libertad sin destrucción es reformismo y sumisión. Destrucción sin libertad es autoritarismo para mantener todo igual.