martes, 21 de septiembre de 2010

Algunas cosas vomitadas las últimas semanas II

Groucho Marx decía que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.

Dudo que Macri o su grupo de ex egresados de Cardenal Newman lo hayan visto o leído. O si así fue, al menos, lo hayan entendido. Quizás, tal vez por alguna especie de repulsa que les genera apellido del gran Groucho.

Pero bueno, parece que si han logrado afianzar una vieja manera de calificar cuando alguien piensa, cuestionar y/o (en el peor de los casos) protesta. Y es decir que “X” situación esta “politizada”.

Pero sería un error limitar esta visión en lo que pasa en la ciudad de Buenos Aires. Que cada cual chequee su gobernador e intendente, aca por ejemplo Gustavo Posse, y verá que piensa igual. Pero claro que no son inocentes.

No me preocupa tanto lo que ellxs piensen, que nunca fue un misterio sincerémonos, sino la reproducción infinita de pequeños Macri, Posse, Feinman y un largo etc. (por nombrar los ejemplos más estereotípicos) que viajan día a día en el tren, comparten trabajos o aulas con nostros. Aquellos con los que no se puede hablar. Aquellos que están convencidos. Que están felices de sus vidas grises y de no ser políticos, porque eso es vivir tranquilos y felices.

Si algo ha logrado la falsa democracia es convencer a la inmensa mayoría de que esto, tal cual lo vemos, es lo mejor a lo que podemos aspirar y que la política es un jueguito de zar que se ejercita cada cuatro años en una aula de una escuela de barrio. ¿Y la política de ellxs cual es?

¿Cómo meto a Luciano Arruga en esa política de Derecho Humanos Cristina? ¿Mauricio tu política es pasarle topadoras a una huerta, cerrar un Hospital Psiquiátrico de niños o cagar a palos a un linyera previo envió de sus “posesiones”- léase la ironía- a una compactadota cuando no hacer listas negras de pendejos? Pero esto excede los nombres propios, lo que dice el diario. Sos hijo de puta o no. Y Están quienes, respiran hondo, cuentan hasta diez y salen (o salimos) a aplastarnos llenos de felicidad en la Linea B en hora pico. Sonríe, Dios y los políticos te aman.

Delegar no es hacer política. Eso se llama sumisión.

No hay comentarios: