martes, 26 de mayo de 2009

El Arbol y el bosque


La UCEP (Unidad de Control de Espacios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires) no es algo nuevo. Hay quienes la llamaran grupos de tareas, grupo parapolicial, Simples patotas oficiales o lo que sea. Lo mismo da. Creo que de esa manera se lo trata como una expresión extrema y exagerada de lo que un Estado puede llegar a ser. Y en realidad eso es lo que el Estado es.

Pero dadas las circunstancias, Esta especie de cuerpo de mercenarios dispuestos limpiar las calles de todo aquellos que impide que el turista y consumidor ávido se enamore de la Reina del Plata, están en su momento más encumbrado. Sólo un grupo de protestones sueltos parecen hacer hincapié en lo burdo de estos accionares que saltan a la consideración con el desalojo de la Huerta orgázmika de Caballito, ya que ahí lo hicieron con la inestimable colaboración de sus hermanos no reconocidos, la Policía Federal y de manera ilegítima (si es que entendemos que las acciones de las personas están medidas por las leyes que hacen otras personas).

Cuándo hablamos de que la UCEP no es una alienación inexplicable y sorpresiva del Estado, una manifestación errónea y casual del Poder de turno nos referimos a que sería fácil decir que Mauricio Macri, se levantó una noche de insomnio en su habitación de su chacra y/o country, despertó a los gritos a su personal domestico para que le prepare un café y mientras cambiaba canales en su plasma de 70 mil pulgadas exclamó: “¡Eureka! Voy a crear la UCEP, van a cagar fuego estas lacras.” Probablemente lo haya dicho. De día, en su despacho y a su especie de Smithers, Rodriguez Larreta. Refortalece nuestro asco hacia él pensar que fue así. Pero no. Macri sólo le puso mas cariño a esta fuerza, dándoles uniforme y un plan a seguir. Plan basado ensacar de nuestra vista lo indesable, lo que queda feo. La UCPE es como una gran alfombra. Invisiblizar del todo. Fue como llegar a la Jefatura de Gobierno y que lo reciban con un gran regalo.

Pero la realidad es que fue Anibal Ibarra quien los reclutó por primera vez la estos personajes llamándolos “Fuerza para tareas especiales”. Si, el progre, el fiscal del Juicio a las Juntas. Ese ¿Entienden cuando hablo que es esto el Estado? ¿Siguen creyendo que Estado es igual a bien común? ¿Creen que sólo hacer falta poner una huerta para que nos den un palo en la cabeza? ¿Siguen creyendo que esto es un pacto entre dos partes? ¿Creen aún en el consenso? Digan que ahce poco mencionamos a Brecht, pero me tiento en reiterarlo. Tene cuidado si tocan tu puerta ahora.

29 señores contentos porque Mauricio los blanqueó. Eso dicen que es la UCEP ¿Entienden ahora cual es el negocio de las barras bravas? Ah, no claro, dirán que ellos deben vivir de otras cosas porque de eso no les alcanza. “En los ratos en los que no le tiramos las pertenencias a un ciruja en la compactadota yo trabajo en un almacén”. ¿Importa? El trabajo dignifica, claro.

Prendo la tele, Mauricio y De Narváez se ríen de mí. Y de las denuncias de palizas a la gente que duerme debajo de la autopistas y en las Plazas que quieren enrejar para impedir que se escapen los árboles propiedad del Gobierno Porteño.

Pero todo es tan curioso. Tanto que en el diario Perfil hay una nota sacando a luz las atrocidades sobre este grupo firmada por el asalariado reportero Lucas Morando. (a medias claro, nunca se sabe que mano le dará de comer mierda mañana al bueno de Lucas). El mismo que un par de meses atrás inventó una nota con gente de la Huerta de Caballito y hablaba de plantaciones de droga y denuncias de los vecinos. La prensa, la otra pata del aparato, me olvidaba.

Y así ya pasó casi una semana, y los mendigos siguen en las calles y un Castells pedirá al Estado limosnas por el y el Estado seguirá allí con su lógica, que no sabe de Macris o Ibarras, pero si de represorxs y sumisxs. De ellxs y nosotrxs

¿A que invisible estará quemándole la linghe hoy la UCEP? ¿A quién matarán mañana?

Ah cierto, está Tinelli ahora...

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